La compañía argentina de biotecnología Biosidus, referente en investigación, desarrollo y producción de biosimilares y socio de Argencon, anunció la aprobación regulatoria y el inicio de la comercialización en el país del primer biosimilar de agalsidasa beta, una innovación que refuerza el rol de la economía del conocimiento como motor de competitividad y desarrollo nacional.
La agalsidasa beta es una terapia de reemplazo enzimático utilizada en el tratamiento de la enfermedad de Fabry, patología genética poco frecuente que afecta órganos vitales como el corazón, cerebro y riñones. La validación de la biosimilaridad se alcanzó a través de un robusto programa de ensayos preclínicos y clínicos, incluyendo estudios de Fase I y Fase III con participación de pacientes argentinos, lo que demuestra la capacidad local para generar conocimiento de frontera en salud.
Innovación con impacto nacional
Este lanzamiento convierte a Biosidus en la tercera compañía en el mundo en desarrollar un biosimilar de agalsidasa beta. Según su CEO, Mariano de Elizalde, “ser pioneros en la región ratifica que Argentina puede producir ciencia de clase mundial y transformarla en soluciones concretas para los sistemas de salud”.
La empresa ya suma diez productos de desarrollo propio, consolidando un portafolio que combina innovación con impacto en acceso y sostenibilidad.
Conocimiento que se transforma en acceso
El biosimilar de agalsidasa beta representa un hito para la sostenibilidad de los sistemas de salud: al reducir costos en un tratamiento crónico y de por vida, amplía el acceso de pacientes a terapias de alta complejidad. Para Mario Koch, director de operaciones comerciales para Latam Sur, “el conocimiento aplicado a la producción de biosimilares no solo genera valor económico, también democratiza la innovación al acercarla a más personas”.
Estrategia global desde Argentina
En una primera etapa, el producto se comercializará en el mercado argentino, pero la proyección es clara: expandirse hacia mercados emergentes y desarrollados en los próximos dos a cuatro años, incluyendo Europa y Estados Unidos. Actualmente, Biosidus exporta a más de 50 países en Asia, África, América Latina y Europa del Este, y su plan refuerza la visión de que la biotecnología argentina puede competir y crecer en la arena global.
Ciencia como política de desarrollo
La estrategia de Biosidus se sostiene en una inversión continua en tecnología, estándares regulatorios internacionales y talento científico local, consolidando a la biotecnología como uno de los sectores más dinámicos de la economía del conocimiento en Argentina.
Como subrayó Elizalde: “Nuestro compromiso es demostrar que es posible innovar y generar impacto global desde Argentina, poniendo a la biotecnología al servicio de las personas y de la sostenibilidad de los sistemas de salud”.