Buenos Aires entró al top 25 de las ciudades más influyentes del mundo, según el Global Cities Index, el célebre ranking que destaca a las urbes por su cultura y su capital humano.
Justo detrás de Boston, la capital porteña comparte la distinguida lista con ciudades como Nueva York, Londres, París, Tokyo y Hong Kong. Además, subió un puesto respecto al año pasado y volvió a consolidarse como la más influyente de la región.
El ranking es elaborado por la consultora de gestión global A.T. Kearney junto a académicos y expertos de negocios; se basa en la información pública de las ciudades y mide su desempeño a través de cinco dimensiones: actividad empresarial, capital humano, experiencia cultural, compromiso político e intercambio de información. Pero el gran protagonista de este año fue la innovación.
Los dos elementos que más pesaron en el puntaje de Buenos Aires fueron capital humano (30%) y actividad empresarial (30%), seguido de intercambio de información (15%), experiencia cultural (15%) y compromiso político (10%).
"Más que nunca, el informe de 2018 muestra cómo los compromisos con áreas clave como la innovación, la transparencia y el intercambio de información definirán la próxima generación de las ciudades más influyentes del mundo", destaca el A.T Kearney.
En sintonía, el Secretario General y de Relaciones Internacionales de la Ciudad, Fernando Straface, celebró el resultado y destacó el liderazgo de Buenos Aires en temas como Gobierno Abierto, donde la ciudad visualiza grandes volúmenes de datos en sitios como BA Obras y BA Data y los abre para que cualquiera pueda reutilizarlos.
"Este estudio confirma el liderazgo de Buenos Aires en la región y también muestra cómo la ciudad se está posicionando con cada vez más fuerza como una ciudad global, que atrae talentos y compañías de todo el mundo".
Y concluyó: "En las ciudades, la revolución del big data pasa por abrir los datos y ponerlos al servicio de la ciudadanía, de los emprendedores, del sector privado, para que con ellos puedan pensar nuevas soluciones que mejoren la calidad de vida. Con esa información, las ciudades pueden mejorar los servicios públicos".